El conocimiento oportuno
El sol, esa gigantesca bola de fuego que mantiene su forma
debido a la fuerza de gravedad que la empuja hacia adentro y a su vez partículas
de un estado parecido al gas cargadas de electricidad (plasma) hacen presión
hacia afuera.
Nuestro astro rey está perdiendo anualmente unos 10 elevado
a 20 gramos de masa estelar, a través del viento solar, es decir, partículas
cargadas de electrones y protones que se escapan de su gravedad por su alta
energía cinética (energía que posee debido a su movimiento), y la elevada
temperatura proveniente de las capas más tenues de la atmósfera superior (corona
solar).
La velocidad de su energía, en forma de luz, demora 8 minutos y 19
segundos para alcanzar nuestro planeta.
Casi todas las formas de vida, dependen de ella. Las plantas
absorben directamente la luz solar
convirtiendo la materia inorgánica
en orgánica (fotosíntesis), imprescindible para los seres vivos. Los herbívoros
la absorben alimentándose de plantas y los carnívoros comiendo a los herbívoros.
La energía solar también determina
nuestro clima.
La heliosfera, región espacial que se encuentra bajo la
influencia del viento solar y su campo magnético, nos protege a su vez, de las
radiaciones provenientes de materias y energías de la galaxia. Se encuentra
desde el sol hasta más allá del último planeta de nuestro sistema.
Cada cierto tiempo, y desde siempre, nuestra principal
estrella entra en actividad máxima, y es ahí donde podríamos sufrir una
tormenta solar. Nuestro astro amarillo no tiene un campo electromagnético como
la tierra, sino que inestabilidades rotacionales, cada 11 años (viento solar). Este
proceso acaba con la polaridad solar, NO la polaridad terrestre. Una reacción
de fusión entre dos átomos de hidrógenos en el centro del sol, se demora ese
tiempo en escaparse de su fuerza de gravedad.
Una tormenta solar de gran envergadura podría paralizar redes
eléctricas de las grandes ciudades. Claro que, dependiendo directamente de la
calidad y eficiencia de sus infraestructuras, podría durar solo semanas, meses
o incluso años en restablecerse nuevamente por completo el servicio.
Otra de sus posibles
consecuencias afectaría ondas radiales y satelitales, sistemas de navegación
como equipos de posicionamiento geográfico (GPS), señales telefónicas.
Recordando lo que aconteció en la ciudad de Quebec,
Canadá, (6 millones de habitantes), el 13 de marzo de 1989. Una fuerte tormenta
solar produjo un apagón de 90 segundos. La electricidad en Montreal, la segunda
ciudad más poblada de Canadá, se cortó más de nueve horas, con las
consecuencias en pérdidas económicas de cientos de millones de dólares.
Volviendo a insistir, que en nuestro mundo esto siempre ha
ocurrido. Son eventos propios de la naturaleza.
En 1859, los días 1 y 2 de septiembre, también
por causa de una tormenta solar, las líneas telegráficas, invento que recién había
comenzado a funcionar en 1843, en los
EE.UU. y el Reino Unido, sufrieron cortocircuitos provocando varios incendios.
A
partir del 28 de agosto de ese memorable año, ciudades muy lejanas de los
polos, tales como Roma, Hawái, y toda la zona del Caribe, fueron testigos de
una hermosa aurora boreal, fenómeno que sólo podemos apreciar en las regiones
árticas.
Nuestro planeta cuenta con un escudo magnético, la
magnetosfera, que nos protege de estas eyecciones solares. Esta capa magnética evita
la entrada de esas partículas cargadas, los iones (protones y electrones), a
nuestra atmósfera, sin embargo, algunas ingresan en los polos, interaccionando con
los gases (nitrógeno, oxígeno, vapor de agua), que allí se encuentran, desprendiendo
un bello espectáculo óptico en los cielos árticos y antárticos: aurora boreal y
aurora austral, respectivamente.
En esta capa también se desintegran la mayoría
de los meteoritos.
La importancia que tiene este fenómeno en la actualidad, que
debería estar nuevamente ocurriendo a fines de este año o a principios de 2013, y que difiere de las anteriores, está
directamente relacionado con la proliferación de información fidedigna que está teniendo la población
mundial para así no ser sorprendida por el evento en sus sistemas de
comunicación y electricidad…
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